«Nació como respuesta al desánimo y a la sensación de imposibilidad que rodeaban a la escena cultural en 2001. Fue una afirmación de que, con un objetivo claro, la concreción era posible. Definimos específicamente que debía ser un proyecto colectivo y gratuito, resultado de una colaboración voluntaria. No dependía de patrocinadores ni subsidios para existir, y cada edición presentaba un equipo renovado. Así, intentamos evitar las dinámicas habituales de otras publicaciones», compartía Mauro López, uno de sus directores junto con Lucas López, Diego Cabello y Santiago Guerrero, en el artículo «Un combo de letra y diseño» del diario Clarín.
Inició como un pliego de 64 x 94 cm de papel con dos caras. Se llevaron a cabo diversas estrategias en las que 28 trabajos se desarrollaron de manera paralela e independiente por diferentes autores itinerantes. A través de esta estrategia de cadáver exquisito, Ácido Surtido invitó a reflexionar sobre la posibilidad de nuevas lecturas y significados que, al mismo tiempo, comprendieran y superaran los propuestos por cada uno de los trabajos involucrados.
En 2006, se publicó «Ácido Surtido – Experiencia en Ácido», un libro cautivador que recopiló las diez primeras ediciones e incluyó textos de Rafael Cippollini, Marcelo Birmajer, Rubén Fontana y otros. Este libro capturó de manera hermosa la esencia de la misión de Ácido Surtido, inspirando la creatividad y la innovación en sus lectores.
Más tarde, la revista evolucionó a un pliego impreso de 65 x 95 cm con dos caras: A y B. En esta nueva etapa, colaboradores escribían los textos en función de un eje temático que servía como marco conceptual y fuente de inspiración en cada número.
La idea era que el diseño fuera casi invisible, transparente, para que los lectores pudieran interpretar lo que deseaban.
Aunque al principio la imagen predominaba sobre el texto, con el tiempo, las palabras adquirieron igual relevancia. De hecho, en estas ediciones, no se incluían imágenes, solo texto.
El grupo editor estaba conformado además de los citados Mauro López, Lucas López, Diego Cabello y Santiago Guerrero por Natalí Schejtman, Roberto García Balza, Marcela González, Juan Pablo Andrade, Nora Lezano, Soledad Stagnaro y Julieta Escardó.
Nuestro estudio estuvo representado en dos ocasiones, contribuyendo con disciplinas diversas. En 2003, participamos en la edición #6 bajo el concepto «Leve – Lo sólido en el aire» con una ilustración de Luciano Petrosini (que también se incluyó en el libro recopilatorio).
Luego, en 2010, en la edición #21 de Ácido Surtido, titulada «Íntimo» (ver caso de estudio), el diseñador Luciano Petrosini fue invitado a explorar el concepto de «intimidad» y a incorporar las reflexiones de varios artistas en una de las dos páginas de la publicación.
Ácido Surtido #21 presentó el trabajo de Rosario Bléfari, Mario Bellatín, Mariana Enríquez, Nico Hardy, Fabiana Rey, Eblis Alvarez, Federico Kusco, Fernanda Nicolini, Juan Dicent, Lucila Galkin, Nicolás Rascován, Pablo Katchadjián, Patricia Carini, Paula Sibila, Santiago Ramos, Julia Sarachu y Horacio Lorente, cada uno ofreciendo su interpretación única del concepto de «Íntimo».
El proyecto continuó hasta 2012, participando en diversas muestras en instituciones culturales y sirviendo como plataforma de expresión para artistas. Además, tuvo presencia en eventos en todo el mundo y fue honrado con el cortometraje «Deconstruyendo Acido» (2009), dirigido por Julián Vázquez.
© Estudio Eurisco